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https://images.metmuseum.org/CRDImages/ep/original/DP273105.jpg |
Tras el sueño
—en que vibrante corrías por la arena—
insiste el silencio
en llenar mis horas de ti
Yo dejo al silencio
traer a colación tu rostro
para medirme en la tesitura
que el trigal extiende sobre tu mirada
Y quiero y no quiero estar allí
como un chico que insiste
en esperar delante de la puerta
de una casa derruida y abandonada
sólo porque cree/quiere oír
una voz que llama
y le invita a pasar para recorrer
el trazado de una persiana
sobre la última pared de la tarde
Pero yo no soy un chico
y la única casa que habito
son las escasas palabras que vuelco
cada vez que, entre penumbra y luz,
viene a colación tu rostro
Y quiero y no quiero habitar estas palabras
que más que sonidos para nombrar las cosas
son utensilios para amar y desear
Ojalá sirvan para alguien
lejos ya de mi silencio
en edades y lugares para mí desconocidos
Ojalá ese alguien pueda mirar a aquel rostro
(superando el miedo que le impide ir a buscarlo)
y se juegue la vida y quiera saltar al vacío
Pero por lo pronto son mías estas palabras
y en ellas junto nuestros nombres
para depositarlos una vez más en el silencio
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